Las calderas de condensación a gas son las calderas más eficientes. Permiten ahorrar hasta un 30% de energía si las comparamos con las calderas convencionales, y reducen un 70% las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2).
¿Cómo funcionan y qué ventajas tienen?
Las calderas de condensación son un tipo de calderas de gas de alto rendimiento basadas en el aprovechamiento del calor latente de condensación presente en los humos de la combustión.
Formalmente, según la definición de la Directiva de rendimientos 92/42/CE y su transposición según R.D. 275/1995, una caldera se considera de condensación cuando está diseñada para poder condensar de forma permanente una parte importante de los vapores de agua contenidos en los gases de la combustión.
Con una caldera que no sea de condensación, una parte no despreciable del calor latente es evacuada por los humos, lo que implica una temperatura muy elevada de los productos de combustión que puede alcanzar los 120°C. La utilización de una caldera de condensación permite recuperar una parte muy grande de ese calor latente y esta recuperación de la energía reduce considerablemente la temperatura de los gases de combustión bajándolos hasta valores del orden del 45°C o inferiores, limitando así las emisiones de gases contaminantes.
En comparativa con las calderas convencionales, gracias a esta tecnología las calderas de condensación consiguen un ahorro en torno al 25-30% en el consumo de energía y se reducen hasta en un 70%, las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). Generalmente, la mayoría de calderas de condensación del mercado alcanzan la Clase 5 en cuanto a emisiones de NOx (máxima clasificación según EN 297/A).

¿Cómo funcionan las calderas de condensación?
El principio de funcionamiento de este tipo de calderas se basa en el proceso de condensación: un cambio de fase de una sustancia en estado gaseoso (vapor) a estado líquido. Este cambio de fase genera una cierta cantidad de energía llamada «calor latente«. El paso de gas a líquido depende, entre otros factores, de la presión y de la temperatura. La condensación a una temperatura dada conlleva una liberación de energía, así el estado líquido es más favorable desde el punto de vista energético.

¿Qué ventajas tiene instalar una caldera de condensación?
Su alta eficiencia energética
Como ya hemos comentado, las calderas de condensación resultan ser las calderas a gas más eficientes debido a su peculiar funcionamiento, que consigue rendimientos cercanos 100% sobre el Poder Calorífico Superior, es decir, incluyendo el poder calorífico aportado por la condensación. Debemos recordar que cuando se analizaban los rendimientos de las calderas en función del Poder Calorífico Inferior, los rendimientos rondaban el 115%, pero ese sistema de medición ya no se utiliza.
Estos niveles de eficiencia se consiguen ya que estos aparatos recuperan el calor latente proveniente de la condensación de los vapores de agua, un calor que en las calderas convencionales se desperdiciaba en la salida de humos.
Ahorros en la factura del gas
Como ya hemos comentado, estas calderas consiguen un ahorro en torno al 25-30% en el consumo de energía en comparación con las calderas que trabajan sin esta tecnología. Esto se traduce directamente en un ahorro económico considerable de la factura del gas cada mes, lo que hace que la inversión en la compra de la caldera se amortice en pocos meses.
Reduce las emisiones contaminantes
La recuperación de la energía de condensación permite a la caldera trabajar a bajas temperaturas, mejorando la eficiencia y limitando así las emisiones de gases contaminantes.
Las calderas de condensación reducen hasta en un 70%, las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). Por tanto, la sustitución paulatina de calderas más antiguas por calderas de condensación en España ayudaría a reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, y a evitar efectos nocivos para la atmósfera y la salud pública como el smog fotoquímico.
La tecnología de condensación es una pequeña aportación tecnológica en vías de intentar conseguir un planeta más sostenible y duradero.

¿Son obligatorias las calderas de condensación?
El RITE obligaba a la instalación de calderas de condensación para el caso de instalaciones nuevas resueltas con calderas de gas.
Desde que en 2015 se aprobara la normativa europea ErP, sólo se comercializan y se fabrican calderas de condensación, ya que esta normativa obliga a que las calderas de hasta 70kW tengan unos rendimientos estacionales superiores al 86% que corresponden a una calificación energética, como mínimo de B.
Fuente: Calor y frio
En Escudero Disseny confiamos en marcas como BAXI por ser una empresa líder en sistemas de climatización.
CALDERAS MURALES DE CONDENSACIÓN A GAS
Las calderas de condensación son más eficientes y permiten obtener ahorros de hasta un 30% respecto a otras calderas. El hecho de que vayan ancladas a la pared permite una mayor adaptabilidad en todo tipo de viviendas.

¿Cómo saber qué tipo de caldera necesitas? Leer aquí
Fuente: Baxi
Una respuesta a «Calderas de condensación a gas. Las calderas más inteligentes.»